Preguntas frecuentes

Ser intolerante a la lactosa quiere decir que no contamos con la suficiente enzima de lactasa en el intestino delgado para descomponer toda la lactosa que consumimos. Entonces, la lactosa pasará al intestino grueso (sin descomponerse), donde empezará a fermentar provocando así molestias digestivas.
La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos y en muchos alimentos preparados a partir de la leche: yogures, helados, postres, quesos, etc.
La lactasa es una enzima producida en el intestino delgado necesaria para que nuestro organismo absorba lactosa. Es la encargada del desdoblamiento de la lactosa en sus dos azúcares simples glucosa y galactosa.
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa se producen en la región gastrointestinal. Los síntomas suelen aparecer entre los 30 minutos y las dos horas después de haber tomado alimentos que contengan lactosa. Después del consumo de leche, los intolerantes a la lactosa pueden manifestar: Dolores de vientre, náuseas, diarreas, espasmos, hinchazón o distención abdominal, gases abdominales y flatulencias
Te recomendamos tomar lactienzym, una cápsula antes de los alimentos.